
La noche en Barajas tras la controvertida decisión de Aena de prohibir que personas sin hogar pernocten en la T4 ha sido tensa. Se han reportado conflictos y altercados, aunque afortunadamente sin consecuencias graves.
La seguridad privada desalojó a estas personas, obligándolas a abandonar el lugar con sus escasas pertenencias. Esta medida unilateral ha generado indignación en el Ayuntamiento de Madrid, que acusa a Aena de entorpecer el trabajo de intervención social y vinculación que realizan los equipos municipales en la zona.
La prohibición de pernoctar en la terminal ha tomado por sorpresa a las autoridades locales, quienes ahora se enfrentan a la difícil tarea de encontrar soluciones para estas personas vulnerables. La falta de alternativas habitacionales adecuadas agrava la situación, dejando en evidencia la necesidad de políticas más inclusivas y efectivas para abordar la problemática de las personas sin hogar en la ciudad.
Es fundamental que tanto Aena como el Ayuntamiento trabajen de manera coordinada y en conjunto con organizaciones sociales para encontrar soluciones sostenibles y respetuosas de los derechos de estas personas en situación de vulnerabilidad. La solidaridad y la empatía son valores fundamentales que deben guiar las acciones de las instituciones públicas en situaciones como esta, donde la dignidad y el bienestar de los más desfavorecidos están en juego.
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