Redaccion
Las obras para instalar un ascensor en el número 85 de la calle Hacienda de Pavones, en Moratalaz, se han convertido en una odisea que ya se extiende por casi dos años. La causa principal del retraso es la falta de acción para retirar los cables de telefonía que obstruyen la finalización del proyecto.
«Llevamos más de un año intentando que vengan a quitarlo. Ya hemos hecho pagos y demás», expresa Belén, una vecina del bloque. La situación es preocupante, ya que el edificio está lleno de cables desordenados que invaden los rellanos, creando un ambiente poco seguro y estéticamente desagradable.
Desesperación en Moratalaz: vecinos enfrentan un laberinto de cables en su portal
La falta de un ascensor se siente especialmente por los vecinos mayores. Muchos de ellos enfrentan dificultades para subir las escaleras, como es el caso de una vecina de 95 años que comparte su angustia: «Casi no puedo andar. Estoy subiendo que casi no puedo, y teniendo ascensor».
El problema no se limita únicamente al número 85; los vecinos del número 87 enfrentan una situación similar, con los mismos cables impidiendo la instalación del ascensor. En ambos casos, los vecinos han realizado pagos para que se lleve a cabo la retirada. «El primer importe, que era para hacer el presupuesto, ya hemos pagado y han sido 4655,59», añade Belén.
Una mujer ‘bombardea’ con excrementos la fachada de sus vecinos en Moncloa-Aravaca
Esta problemática se ha vuelto cada vez más común en las fincas que optan por instalar ascensores por la fachada. Los residentes sienten que sus necesidades están siendo ignoradas mientras esperan una solución que parece no llegar.
La situación plantea interrogantes sobre la gestión y coordinación entre las empresas de servicios y los proyectos comunitarios. Los vecinos esperan ansiosos una respuesta efectiva que permita finalmente finalizar las obras y mejorar su acceso a casa.
