La Guardia Civil sospechó desde el primer momento que Dilawar Hussain era el asesino de tres hermanos septuagenarios en Morata de Tajuna (Madrid). Un día después de que se encontraran los cadáveres, le intervinieron el móvil y fueron a buscarle al piso en el que vivía, sin éxito.
La Audiencia de Madrid ha continuado este miércoles el juicio con jurado a Dilawar Hussain F.C. por la muerte de Amelia, Ángeles y Pepe el 17 de diciembre de 2023. La Fiscalía pide 36 años de cárcel para el encausado, quien tras ingresar en prisión también mató a su compañero de celda. En cambio, la defensa solicita siete años y medio de cárcel por tres homicidios con tres atenuantes: alteración psíquica, arrebato u obcecación y confesión.
El mando de la Guardia Civil que instruyó el atestado ha relatado cómo el 16 de enero de 2024 recibieron un informe de la Policía Local por la posible desaparición de los tres hermanos desde hacía semanas. Finalmente, entraron en la casa y encontraron los cuerpos el 18 de enero. Confirmó que desde el primer momento el principal sospechoso fue Dilawar, ya que las víctimas le debían dinero y había atacado a dos de ellas meses antes.
Los investigadores descubrieron que las hermanas fallecidas, víctimas de una estafa del amor, habían firmado un documento en el que se comprometían a devolver al acusado entre 3.000 y 20.000 euros en 10 días. En total, las víctimas debían unos 263.000 euros a varios vecinos.
La investigación apuntó a Dilawar ya que se encontró su ADN en un mueble y en una colilla. Además, su teléfono le situaba el día del crimen -17 de diciembre- en las inmediaciones de la vivienda, la alarma se desconectó esa mañana, y los repetidores le volvieron a localizar en la zona dos días después, cuando prendió fuego a los cadáveres. El teléfono también situó a Dilawar en las inmediaciones de la casa de las víctimas el 18 y el 19 de enero de 2024, mientras los agentes inspeccionaban la casa tras hallar los cadáveres. «Estaba viendo lo que hacíamos», ha dicho un agente.
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