
Este martes, las 180 personas que fueron desalojadas de sus hogares en Tres Cantos debido a un devastador incendio forestal que comenzó el lunes, han comenzado a regresar a sus viviendas. Después de una noche llena de incertidumbre y miedo, algunos vecinos como Javier, de Soto de Viñuelas, han podido volver a sus casas.
Javier, quien grabó el avance de las llamas hacia su hogar, recuerda con angustia cómo apenas tuvo tiempo de cerrar las ventanas, meter a su perro en el coche y escapar. Al regresar, encontró que los daños eran menores de lo que temía: «Al final son cristales rotos por la temperatura y el jardín desolado, pero parece que nada más».
Por desgracia, otros vecinos no han tenido la misma suerte. Uno de ellos encontró su cocina totalmente quemada a su llegada. Además, el aire estaba lleno de humo y ceniza. «Acabo de apagar unas llamas que aún estaban prendidas», comentó visiblemente afectado.
El incendio, que ha afectado ya a 2.000 hectáreas en Tres Cantos, ha dejado a muchos en una situación crítica. Algunos vecinos se encuentran sin agua en casa ni en la parcela, lo que plantea la pregunta: ¿cómo vamos a comer? La incertidumbre de regresar a un hogar desconocido ha sido un peso difícil de sobrellevar.
A pesar de que el incendio ha sido perimetrado, los bomberos de la Comunidad de Madrid, junto con 11 dotaciones del Ayuntamiento, han trabajado incansablemente durante toda la noche para combatir los focos reavivados. «Vamos a un foco que se está reavivando», informaron.
El incendio ha dejado un paisaje desolador a su paso. Los vecinos, unidos en la adversidad, esperan una pronta recuperación y un regreso a la normalidad. La tragedia también ha afectado al entorno animal, con un rebaño de ovejas y decenas de caballos muertos a causa de las llamas.
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